Los primeros indicios de actividades agroindustriales estuvieron y siguen estando muy ligados al desarrollo de la agricultura, la pesca y las actividades pecuarias.
Fue entre el siglo XVI y mediados del siglo XIX que Inglaterra tuvo un fuerte aumento en la productividad agrícola, gracias al desarrollo de sencillas máquinas, rotación de cultivos, selección artificial y un mejor cercamiento.
La cría selectiva, el surgimiento de nuevas sembradoras a principios del siglo XVIII, y de trilladoras a finales del mismo en Europa, aceleraron y mejoraron los cultivos.
La llegada del primer tractor en 1892 en EU fue un paso importante, al tiempo que la investigación científica de la fertilización comenzó con la firma británica Rothamsted en 1843.
El tractor Farmall ,de International Harvester, marcó un punto importante en la sustitución de animales de tiro por máquinas en 1923.
Después de la Segunda Guerra el uso de fertilizantes sintéticos aumentó rápidamente junto con la población mundial.
La revolución verde, que se refiere a diversas iniciativas de desarrollo, investigación y transferencia tecnológica, se llevó a cabo entre 1940 y 1970, y aumentó notoriamente la producción agrícola global.
A finales de 1950, Ray Goldberg, profesor de Economía de Harvard, estaba tratando de encontrar una manera de describir la unión entre la agricultura y su relación con los negocios, expresando por primera vez el nombre de Agroindustria.
En 1957, él y John Davis publicaron textos en los que discuten las funciones interrelacionadas de la agricultura y la esperanza de producir alimentos y fibras de manera más eficiente.
Otras aplicaciones de la investigación científica en la agricultura a partir de 1950 fueron la ingeniería genérica, la hidroponía y el desarrollo de los biocombustibles.
Es así que la agricultura en el siglo XX se caracterizó por un aumento de la productividad, la sustitución de mano de obra, el uso de fertilizantes sintéticos y pesticidas, la contaminación del agua y los subsidios agrícolas.
Cabe decir que los procesos históricos que permitieron el consumo de productos agrícolas a grandes distancias de sus centros de producción continúan presentes. En promedio, cerca del 70% de los suministros de alimentos y de la producción agrícola de una nación tienen origen en el exterior.
Aunque todavía se puede distinguir entre la fase de producción de materias primas y su transformación, en muchos casos ésta división queda borrada a por la complejidad de la tecnología y la integración vertical.
De esta manera, la industrialización de la agricultura y el desarrollo de agroindustrias están generando un tipo completamente nuevo de sector industrial, mismo que veremos crecer notablemente en el futuro.
