El agro y la agroindustria en los acuerdos comerciales de México

México tiene 12 Tratados de Libre Comercio con 46 países, 32 acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones con 33 países y nueve Acuerdos de Complementación Económica y de Alcance Parcial en el marco de ALADI.

El más importante de estos convenios, el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, firmado en 1994, incluyó al sector agropecuario y de hecho fue una de las mesas de negociación más difíciles de cerrar en la negociación.

A partir de este acuerdo, el comercio agroalimentario de México con EU se multiplicó casi siete veces con una tasa de crecimiento notable.

Sin embargo, desde entonces el PIB agropecuario nacional ha crecido a un promedio menor al 2%, por lo que si bien el convenio ha multiplicado el comercio agroalimentario con el exterior, también ha tenido efectos negativos en la producción del maíz y fomentado el desempleo en la agricultura básica.

Como resultado de este Tratado, México está entre los primeros comercializadores de productos del campo y hoy tiene una balanza comercial a favor por productos como la cerveza, el aguacate, el jitomate, el tequila y las berries, entre otros.

Las importaciones sin embargo han incrementado la dependencia alimentaria, hay concentración en grandes corporaciones internaciones, más presencia de empresarios agrícolas con acceso a mercados internacionales y muchos pequeños ‘productores con poca presencia en el mercado.

Con el acuerdo, México se fortaleció en la exportación de frutas y hortalizas, pero descuidó la producción de granos básicos para el consumo interno. Hoy concentra casi el 80% de sus exportaciones en EU y Canadá, y tres cuartas partes de sus importaciones provienen de estos dos socios.

El TLCAN dio paso en el 2018 al TMEC o Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá en el 2018, lo que ha permitido mantener a EU como nuestro principal socio comercial en materia agroalimentaria.

El TMEC dividió sus objetivos en dos secciones: la primera tiene que ver con disposiciones generales y la segunda con biotecnología agrícola, y además reafirmo el compromiso de eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas, permitió salvaguardas especiales y estableció un Comité Agrícola.

También estableció disposiciones que aseguran más transparencia y cooperación en actividades relacionadas con la biotecnología agrícola, creó normas de clasificación y calidad agrícola y especificaciones técnicas, así como diversos reglamentos.

Este convenio aseguró para México la capacidad de mantener y aumentar el acceso libre de productos agrícolas y agroindustriales mexicanos a esos mercados y logró disposiciones sin precedentes en materia de biotecnología, aunque expertos consideran que el convenio como tal no generará desarrollo, por lo que es necesario establecer estrategias pensadas en el mercado interno.

El segundo acuerdo en importancia, el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, a más de 20 años de su firma, ha triplicado por su parte el intercambio comercial en materia agropecuario y agroindustrial con esta región.

La modernización de este convenio a partir de 2022 ha facilitado ingreso de productos elaborados en México a 27 naciones que representan un mercado de alrededor de 450 millones de consumidores y es el principal importador de alimentos y bebidas del mundo.

La Unión Europea significa para México ingreso por más de mil 160 millones de euros anuales por exportaciones agropecuarias y agroindustriales de productos como café, miel, mango, plátano, aguacate, frutillas, espárragos, limón, cebolla, atún, pulpo, camarón, cerveza, tequila y mezcal.

El reto para México con la UE será generar prácticas sustentables, uno de los aspectos más valorados por los consumidores europeos, al igual que el bienestar animal y la producción con bajos niveles de fertilizantes y pesticidas.

Con respecto a América Latina, México tiene tratados vigentes con casi todos los países de la zona bajo diversas modalidades y esquemas, lo que ha dificultado un poco la promoción del intercambio de forma unitaria.

Acuerdos bilaterales con Chile, Colombia y Perú, un convenio único con Centroamérica, un convenio marco con Mercosur y algunos TLCs con Uruguay, Bolivia y Panamá, además de acuerdos de alcance parcial con Cuba y Ecuador son parte de este marco.

Sólo algunos países han logrado aprovechar relativamente, como el caso de Chile y en algunos casos Colombia, el potencial de compra de México, y en menor medida Argentina, Brasil, Costa Rica, Guatemala y Paraguay.

Las negociaciones con los países latinoamericanos, en especial con Argentina y Brasil, abriría oportunidades para ambas partes y promovería notoriamente la unión regional, al tiempo que disminuiría los riesgos que tiene la dependencia mexicana del sector agropecuario estadounidense y ampliaría los mercados de destino para los países de la región altamente concentrados en Asia.

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