La Central de Abasto de la Ciudad de México (CEDA) es un ejemplo destacado de economía circular en la cadena de distribución alimentaria. Este gigantesco mercado mayorista, considerado uno de los más grandes del mundo, desempeña un papel fundamental en la gestión sostenible de recursos y en la reducción del desperdicio de alimentos en la capital mexicana.
Circular Económica en CEDA:
Recuperación y Distribución de Alimentos: La CEDA es un centro neurálgico donde se recolectan, distribuyen y venden alimentos frescos, procesados y otros productos. A través de una estrategia de economía circular, se promueve la recuperación de alimentos que, de otro modo, podrían ser desechados debido a imperfecciones estéticas o excedentes. Estos alimentos se redirigen hacia donaciones a organizaciones benéficas o se destinan a la producción de alimentos procesados.
Reducción de Residuos: La CEDA ha implementado medidas para reducir los residuos sólidos. Los subproductos y desechos orgánicos se utilizan para la producción de abono o se entregan a granjas locales como alimento para animales, lo que evita que terminen en vertederos y contribuye a la economía circular.
Eficiencia Energética y Reciclaje: La administración de la CEDA ha invertido en tecnologías más eficientes y sostenibles para la gestión de recursos, incluida la gestión de residuos y la energía. La recolección de aguas pluviales y el reciclaje de materiales contribuyen a la reducción del impacto ambiental.
Papel en la Cadena de Distribución Alimentaria:
La CEDA es un eslabón vital en la cadena de distribución alimentaria de la Ciudad de México por varias razones:
Distribución Eficiente: La CEDA actúa como un punto central de distribución para abastecer a millas de minoristas, restaurantes y otros comercios de alimentos en la ciudad. Su ubicación estratégica permite una distribución eficiente, lo que reduce los costos y minimiza la necesidad de largos viajes de transporte.
Variedad de Productos: Ofrece una amplia variedad de productos alimenticios, desde frutas y verduras frescas hasta productos procesados, lo que satisface la demanda de una población diversa y en crecimiento.
Competitividad: La competencia y la oferta diversificada en la CEDA ayudan a mantener precios competitivos y garantizar que los alimentos estén disponibles en la ciudad de manera continua.
Fomento de la Economía Local: La CEDA es un motor económico para la Ciudad de México, ya que impulsa la producción y el comercio de alimentos tanto a nivel local como regional, beneficiando a agricultores y empresas locales.
En resumen, la Central de Abasto de la Ciudad de México ejemplifica cómo una economía circular puede ser implementada con éxito en la cadena de distribución alimentaria. Su enfoque en la reducción de residuos, la eficiencia de recursos y la distribución de alimentos desempeña un papel crucial en el abastecimiento de la ciudad y en la promoción de la sostenibilidad en la agroindustria.
